martes, 26 de marzo de 2013

BRUJERÍA Y HECHICERÍA EN LATINOAMÉRICA: MARCO TEÓRICO Y PROBLEMAS DE INVESTIGACIÓN 1 Dra. Iris Gareis


La investigación sobre la "brujería" y la magia por mucho tiempo había tenido dos vertientes: una era formada por los trabajos de antropólogos, folcloristas e historiadores de las religiones, los cuales trataban de adelantar explicaciones generales. La otra vertiente representada por la investigación histórica se mantuvo alejada de esta discusión de hipótesis generales, dedicada más bien a estudiar eventos locales.2 Durante los últimos decenios, sin embargo, - más o menos a partir del año 1968 - el terreno de lo estudios brujeriles fue invadido poco a poco por los historiadores, los cuales desde entonces procuraron relacionar sus estudios con la investigación antropológica y tomar en consideración los resultados alcanzados por los antropólogos.3 En especial la obra de Evans-Pritchard sobre la "brujería" entre el grupo étnico africano de los Azande4, consultada con frecuencia por los historiadores europeos, hizo las veces de un puente entre la antropología y la historia, dando lugar a un creciente acercamiento de ambas disciplinas respecto a esta temática. A partir de entonces el estudio de la "brujería" sirvió de punto de partida para discusiones muy sugestivas sobre las relaciones entre antropología e historia y "las brujas" llegaron a convertirse en un tema de moda.5 Respecto al est udio de las "brujas" europeas, la invest igación interdisciplinaria ha llevado no solamente a la formación de una idea mucho más clara del fenómeno de la caza de brujas y del rol que ocupó a los diversos integrantes de ésta sino también nos ha señalado nuevas pistas de investigación. Así, por ejemplo, los estudios modernos sobre la "brujería" en adición proporcionaron datos muy interesantes sobre la cultura popular, la vida cotidiana o las relaciones de los géneros enépocas pasadas. Por lo tanto, pensamos que sería conveniente aprovechar estos avances de la investigación sobre "brujas" para los estudios de las religiones latinoamericanas los que hasta ahora han quedado un tanto marginados de la discusión internacional sobre la temática.6

1 Agradecemos la lectura del manuscrito a Javier Flores. Este artículo se basa en la
ponencia dada en el IV Congreso de Religión y Etnicidad que tuvo lugar en la ciudad
de México en 1992. Nuestra participación en el Congreso ha sido posible gracias a
una beca de la DFG (Deutsche Forschungsgemeinschaft - Fundación Alemana para
la Investigación Científica). También queremos agradecer a los amigos mexicanos
por la cálida acogida que nos brindaron y especialmente al organizador y alma del
evento, Elio Masferrer Kan.
2 Sobre los diferentes modos de ver e investigar estos fenómenos véanse
las consideraciones de Douglas (1970: xiii-xvi, passim).
3 Behringer 1989: 619-620; Butler 1984: 111 y sgs.
4 E.E. Evans-Pritchard "Witchcraft, Oracles, and Magic among the Azande" (Oxford
1937).
5 Véanse los artículos de reseña presentados por Butler (1984: 111 y sgs.) y Behringer
(1989), el cual proporciona un resumen sucinto de la historiografía sobre brujas; así
como el capítulo introductorio al libro de Carlo Ginzburg sobre el sabbat de las
"brujas" (1991: 12-21). Acerca del impacto que tuvo el libro de Evans-Pritchard en
los estudios sobre magia y nociones relacionadas, véanse Douglas (1970: xiii y sgs.),
Middleton (1987: 87) y Millones (1982: 233-234).
6 Con esto no queremos sugerir que no se hayan efectuado trabajos sobre esta temática
en América Latina. Así, por ejemplo, ya contamos con estudios muy sugerentes sobre
datos bibliográficos. Es de notar, sin embargo, que en América Latina no se produjo
semejante avalancha de investigaciones sobre brujas y materias relacionadas como la
que se desencadenó en Europa y Estados Unidos en los últimos veinte años.
México, como los de Behar (1987) o Noemí Quezada (1989), los cuales ofrecen
más datos bibliográficos. Es de notar, sin embargo, que en América Latina no se produjo
semejante avalancha de investigaciones sobre brujas y materias relacionadas como la
que se desencadenó en Europa y Estados Unidos en los últimos veinte años.

Dos ‘brujas’ en Costa Rica


http://wvw.nacion.com/disenos/v7.1/images/cuerpo/bullet-bajada.gif  Secretos y mentiras El único juicio por brujería que se inició en el siglo XVIII, revela mucho de nuestro pasado

JORGE ARROYO | jorgearroyo2000@yahoo.es
Articulo de http://wvw.nacion.com/ancora/2008/agosto/03/ancora1640853.html
La sección Complementario Colonial del Archivo Naci

onal de Costa Rica guarda un grueso fajo de 60 folios, que tiene que ver con hechicería. Es el único caso que se conoce de una acusación por brujería durante el periodo colonial costarricense. Recoge la acusación contra dos mulatas cartaginesas, María Francisca Portuguesa y Petronila Quesada, a quienes un militar, Matías Quesada, culpó de haberle hechizado el miembro viril.

En la primera página se lee que, estando Matíasgravemente accidentado de los testículos , difamó públicamente a las muchachas y luego llevó su clamor hasta el gobernador, Juan Manuel de Casasola y Córdova, ante quien pidió castigo contra las presuntas nigromantes.
En aquella estructura provincial, el gobernador no se encargaba de tales asuntos, así que Casasola delegó el proceso en José Romualdo de Oreamuno, miembro del cabildo español, nombrado alcalde de la Santa Hermandad (equivalente de la Policía).
El alcalde de la Santa Hermandad “se ocupaba, con procedimiento sumario, de los casos de violencia, resistencia a la justicia, violación y allanamiento producidos en zonas despobladas” y trataba “los delitos y excesos que se cometían en el campo”, según explica la historiadora Carmela Velázquez en su Diccionario de términos coloniales (Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2005).
Por las atribuciones de su puesto, a Oreamuno competía indagar la verdad o la falsedad de hechos como el expuesto, y, cumpliendo con sus obligaciones, se dio a las pesquisas sin imaginar que legaría a la posteridad un caso que muestra interesantes formas de atender la justicia en la Colonia.
Pobres y casi honrados. La Gobernación de Costa Rica era la más alejada de la Capitanía General de Guatemala. Nuestra sociedad no era ajena a los valores con los que la monarquía española engranaba sus colonias, pero sus habitantes vivían en condiciones muy diferentes de las de los otros lugares (virreinatos o capitanías).
En nuestra provincia, para subsistir, tanto foráneos como naturales creaban nexos de dependencia, aunque no necesariamente igualitarios.
Las diferencias sociales y culturales existían, pero se disimulaban más que en otros territorios. Aunque los indios, mulatos y mestizos trabajaban para sus dominadores, la nobleza y el clero apenas lograban superar las precarias condiciones imperantes.
La ciudad de Cartago era una aldea deprimente, alrededor de un lodazal llamado Plaza Mayor. Faltaban trabajadores. Los que labraban la tierra, precisaban de mes-tizos o mulatos esclavos, y en la vida doméstica también se requerían brazos para el oficio.
En los hogares, la mano de obra libre era cara. Había que ingeniárselas para obtenerla gratuitamente, o al menos más barata que lo que costaba comprar una esclava. Las mitas ya no existían, pero algunos encontraron cómo beneficiarse de las dudosas penitencias legales que facilitaban empleados gratis, aunque fuera por poco tiempo.
Dentro de las posibilidades de contar con empleados sin salario estaba eldepósito . Esta forma legal consistía en ubicar a una acusada en una casa donde ofreciera trabajo doméstico no remunerado, como parte de la purga por su condena. De aquella forma, gente de las clases altas se procuró esclavas sin mayor costo que alimentarlas.
Tal artimaña era inaccesible para otros estamentos, que para ganar dinero recurrían a la prostitución y la brujería.
La Colonia tenía fuertes sistemas de control represivo, pero en la plaza raramente había crueles espectáculos de castigo; por lo que los pretendidos hijosdalgos como los indígenas, y hasta dignatarios monárquicos o eclesiales, iban contra lo establecido para paliar sus carencias y para agenciarse dinero o servicios.
La pobreza unificaba. Hasta el gobernador vivía en una casa austera. Para sufragar gastos debía dedicarse al comercio o a actos ilícitos, impensables en sus pares de los virreinatos, como el contrabando.
No convenía que los afuerinos supieran de esas prácticas, por lo que se recelaba mucho de la mirada externa. En las antípodas de la escala social, indios, mulatos, mestizos y negros vendían su cuerpo o practicaban el curanderismo para ganarse unos cuartos. Por ambos oficios acusaron a las mulatas María Francisca Portuguesa y Petronila Quesada.
Brujas en depósito. Los autos contra las muchachas se iniciaron en junio de 1775. La causa se abrió por solicitud de Joaquín Quirós, padrastro de María Francisca, quien pidió la libertad de su hijastra, apresada y puesta en depósito. El oficial Oreamuno comenzó los interrogatorios, que compusieron un proceso donde se refleja la vida de la periferia cartaginesa colonial.
Las mulatas vivían marginales al principal asentamiento cartaginés. En su chabola servían sexualmente a algunos hombres, y también practicaban el curanderismo, común entre los indígenas.
Aunque las declaraciones arrojan que el mal del querellante era una enfermedad venérea, el cargo de brujería era grave y podría acarrear un castigo muy fuerte. El expediente, engrosado con los testimonios, se agrandaría más con las ratificaciones.
El tiempo corría, mientras las dos muchachas seguían presas de oficios domésticos gratuitos. Quienes deseaban verlas libres reclamaron con fuerza. Un año y tres meses después de iniciado el proceso, el expediente fue remitido con apuro a Nicaragua para que las autoridades de León dirimiesen el caso. Pasarían nueve meses antes de que llegase la esperada resolución.
Resolución conveniente. Los cartagineses no desearon emitir una sentencia tan delicada y prefirieron pasarla a esferas superiores. Preveían que si León no se pronunciaba, el asunto iría a Guatemala, y eventualmente sería elevado al virreinato de Nueva España (México). Al fin, podría haber funestas consecuencias.
En el mejor de los casos, habrían de mandar a las encartadas hasta México; en el peor, México enviaría a un inquisidor, con los costos económicos, sociales y emocionales que traería a estas alejadas tierras, donde la ausencia de miradas externas era garante de tranquilidad.
Entonces, desde León, el licenciado Enrique de Aguilar finiquitó el problema con una larga carta.
Luego de resumir el delito, el documento se extiende en admoniciones transcritas casi textualmente del discurso V del tomo II del Teatro crítico universal . Este era una colección de extensos artículos sobre distintas materias, incluida la magia, publicados por el español Jerónimo Feijoo entre los años 1726 y 1740.
Con docta retórica, Aguilar desestimó que las reas fuesen hechiceras; para él, lo único probable era que no supieran la doctrina cristiana, lo que no ameritaba quitarles la libertad. Así pues, las absolvió y las declaró libres. Al juez de Cartago, Aguilar pidió que no alargase tanto estos asuntos pues, por su tardanza, “los inocentes padecen o los delincuentes quedan sin castigo”.
Al final de los autos seguidos contra María Francisca Portuguesa y Petronila Quesada por brujas, se las dio por instruidas en el Catecismo y se las liberó de la sujeción del depósito; al fin, se las entregó nuevamente a sus padres.
Habían transcurrido dos años de depósito de dos mulatas y de un juicio extensivo, pero quedó un importante testimonio de la época colonial frente a la hechicería: la colonia costarricense no sacrificaría su tranquilidad ni sus entuertos por un par de presuntas brujas.
Según apuntan los documentos, también Martín Quesada fue feliz: un indígena le curó el impedimento que originó tan singular juicio.
EL AUTOR ES DRAMATURGO Y AUTOR DE ‘FIGUEROA, NOTARIO DE LA PATRIA INÉDITA’ Y ‘LA TEA FULGURANTE’, ENTRE OTRAS OBRAS. GANÓ EL PREMIO AQUILEO J. ECHEVERRÍA EN 1996, 2003 Y 2004.

Escazú tierra de brujas y leyendas


Desde tiempos muy remotos, Se ha manifestado que Escazú ha gozado de la fama de practicar el Ocultismo y La Brujería. A ello, es posible se deba el señalamiento de nuestro cantón como: “La Ciudad de Las Brujas” y por consiguiente a los escazuceños: “Brujos’.
También, es posible que lo anteriormente descrito, haya sido una de las causas que impulsó al Sr. Obispo de Nicaragua y Costa Rica, Monseñor Antonio de La Huerta y Caso, al librarle el 2 de marzo de 1799 una licencia al eregir en ayuda de Parroquia a la Ermita de Escazú, que se había empezado a construir en el año 1796, con el título de San Miguel Arcangel y bajo el patronazgo de María Santísima y San José designándole así la nominación religiosamente apropiada (de San Miguel Arcángel) que viniera no solo a servir al señalamiento del pueblo, sino también a aquella que lo protegiera y defendiera frente a los peligros de los malos espíritus. Es decir, de aquellos que provenían de grupos, personas o actividades contrarias a la religión y tranquilidad del espíritu. Y por eso, quién más apropiado que San Miguel Arcángel que, como Jefe de la Milicia Celestial, sería el vencedor de Satanás y de todo aquello que atenta y va en contra de la religión Católica?

Según el breve relato anterior, Escazú es la tierra de Las Brujas y de Las Leyendas. Es una “encantada” Leyenda o historia para una tierra encantadora, que ha conquistado a través del tiempo la imaginación y corazón de costarricenses y extranjeros durante muchos años.
La población a escasos 9 kilómetros al suroeste de San José, aún se las arregla para mantener cierto tinte de campo, en especial por el lado Sur del pueblo, un lugar donde a florecen las viejas tradiciones y mina la vida apacible y sencilla.
A pesar del persistente influjo del siglo XX, Escazú, —ya lo dijimos antes—, es la tierra de Las Leyendas, de las Brujas y de la “brujería”. Es el soñoliento y misterioso lugar que fue descanso de las tribus de indios precolombinos. Legendario lugar de reunión de las mágicas criaturas, en donde se cultivan y crecen las hierbas mágicas y las plantas medicinales con poderes sobrenaturales, que para que sean efectivos esos poderes, deben de ser sembradas en trastos viejos, en especial ollas y bacinillas. Su uso, según la tradición, era empleado para atraer el cariño de alguna persona o bién para torturarlo sin misericordia. Encantarlo o causarle estragos en su salud, son cosas que según la fe que se ponía en lo que se deseaba, se obtenían de este poder tremendo de las “siete yerbas” y de los “polvos mágicos” que procedían de esas plantas y de las cuales nos ocuparemos más adelante en el capitulo de La Medicina Popular.
También siempre se ha manifestado que Escazú es un pueblo de “encanto y leyenda”...
Sin embargo la historia nos dice que cuando Juan de Cavallón lo descubrió en el año 1561, el asentamiento del pueblo estaba ubicado en un lugar más al sur del actual centro de Escazú: en Entierrillos, donde según se dice existía un reducido poblado indígena YA EN DECADENCIA. Y no nos dice la historia que ellos practicaban la “brujería”, pues se deduce que ese señalamiento fue una especie de mote que se dio por el hecho de “aconsejar’ o de “curar" a base más de hierbas que de otra cosa. En pocas palabras, un MEIGO BUENO, simplemente un curandero y nunca un MEIGO MALO porque nunca se ha sabido de la existencia de Brujos Maléficos en nuestro pueblo.
Pero de donde nos vino la “fama” de la MEIGUESIA (Brujería), a los escazuceños?

Aparte del breve relato anterior, es posible que de Galicia, una Tierra de Brujas de la Madre Patria, ya que según se dice, los escazuceños descendemos de “gallegos”.
Don Alberto Rumschisky de Santiago de Compostela (ciudad española de la Provincia de La Coruña), en un interesante artículo, dice lo siguiente:
“Yo no creo en las brujerías, pero que las hay, las hay”. Este es un dicho muy común en una tierra verde y misteriosa, con nieblas y brumas, que tiene mucho parecido con la campiña inglesa. En toda la geografía gallega, y en especial en las zonas rurales, la gente acude con naturalidad a consultar con sus meigas; así se llaman las brujas en gallego: una palabra que deriva de la raíz latina de “médica” o “maga”, es decir, la que cura con procedimientos mágicos.
Aclaremos que los gallegos distinguen dos clases de meigas:
Buenas y malas. En general, la meiga es una persona que tiene un poder místico para hacer cosas extraordinarias. Pero si ese poder místico le viene a la meiga de Dios y lo emplea para hacer el bien, entonces se le llama curandera, santa o sabia. En cambio si este poder le viene del diablo y lo utiliza para el mal, estamos ante una bruja maléfica.
En la actualidad, la “profesión” de meiga se pasa de madres a hijos
en ciertos casos, de maestra a discípula. La meiga clásica cura de enfermedades psicosomáticas, golpes y torceduras: cuando se le presenta un case grave, ella misma aconseja ir al medico. Los que estudian el fenómeno brujeril (entre ellos un eminente catedrático de antropología de la Universidad Complutense, llamado Carlos Alonso del Real), aseguran que nunca han encontrado una bruja mala en Galicia. Si han oído hablar en el campo de la xuxona (chupona), la bruja que chupa la sangre de los niños hasta que los mata, lo que es una versión gallega de los vampiros rumanos. Es una idea legendaria, pero nadie ha señalado concretamente a una xuxona. En cambio, Alonso del Real afirma que ha conocido a tres personas que decían ser“hombres lobo”. Uno de ellos era un diplomático de carrera, un marques, que fue a verlo a su cátedra. Sufría mucho porque decía que en las noches de luna llena se tenia que atar a su propia cama para no atacar ala gente. Aparte de su aparente manía, era un hombre razonable y perfectamente normal. Los otros dos lobixones eran campesinos que pidieron ingresar por propia iniciativa en un conocido sanatorio. El catedrático dice que ha podido comprobar que los lobixones gallegos creen sinceramente en la realidad de su peculiar naturaleza, y que no seria extraño que en otras épocas sucediera lo mismo con las xuxonas.
El ritual de las meigas-curanderas es muy variado y va desde la simple imposición de manes, en el caso de las denominadas “santas”, hasta la aplicación de una serie de emplastos fabricados con plantas aromáticas, cuando se trata de las llamadas ‘sabias”. Pero la gran especialidad de las meigas es la curación de los perjuicios que provoca c “mal de ojo’.
Históricamente se registra en España una gran caza de brujas que tuvo lugar en el País Vasco, a comienzos del siglo XVII, y que terminó con una formidable matanza a ambos lados de la frontera entre Francia y España. Pero en Galicia los campesinos nunca llegaron a las manos con sus propias brujas, porque siempre ha funcionado bien sin sistema mágico y ancestral de carácter simbólico y defensivo. En muchos pueblos, por ejemplo, las campanas de algunas iglesias tienen un letrero que atestigua so poder contra las brujas y su eficacia en la santa campaña. Se dice que las brujas volaban siempre muy bajo, a ras del suelo, y la razón que se da es que las campanadas podían derribarlas si la sorprendían en pleno vuelo. Por eso, durante las procesiones se repican todas las campanas. Las campanas se utilizaban también para deshacer el maleficio de las nubes de tormenta que amenazan con el granizo. Los mas creyentes aseguran que el Ángelus, que dicho sea de paso hace tiempo se deja de tocar en la iglesia de Escazú es el toque mas eficaz contra el Diablo.
Todos los objetos sagrados tienen un valor estratégico frente a los maleficios, y especialmente el misal. Dice la tradición que cuando las brujas iban a la iglesia, si el cura dejaba el del altar abierto, se quedaban inmovilizadas y no podían salir. Pero la defensa Se inspira también en las armas naturales: el puño o las herraduras. En Galicia no valen las herraduras nuevas. Las que Se cuelgan en el interior de las puertas de las casas para impedir el paso de las meigas, tienen que haberse encontrado en el campo y estar viejas. Hay dos razones para esto: con el uso, la herradura se impregna de la potencia defensiva del caballo y el encontrarla perdida es como un regalo de la Providencia. Contra las brujas se utilizan además los cuernos y los colmillos del jabalí. Los de vaca y carnero se suelen poner en los establos. Para proteger a los animales domésticos. Además de las armas simbólicas, las que son reales se utilizan también mágicamente. El caso típico es el cuchillo con el que se traza un círculo en el suelo para crear un espacio mágico, dentro del cual no pueden entrar las brujas.
Las brujas actúan siempre en la oscuridad y pierden sus poderes cuando canta el gallo. Las dos noches más peligrosas en Galicia son la de San Juan y la de San Silvestre. En esas noches los campesinos ponen en las ventanas ramos de saúco, hinojo, romero, laurel, menta. El aroma de estas plantas impide el paso de las brujas y por eso también se utilizan en infusiones contra as enfermedades del mal de ojo. La eficacia antibruja de las plantas se duplica si es bendecidas los campesinos gallegos esperan pacientemente todo el año a que llegue la Semana Santa, y el Domingo de Ramos se les presenta la gran ocasión: el laurel y el olivo son símbolos de la vida, por ser plantas de hoja perenne.
De las Leyendas de Escazú, brevemente diremos quo se cuentan cosas muy raras y extrañas, en donde podemos decir que en más de una ocasión se puede escuchar la historia de la famosa Doña. Zárate, la compinche’ de la Tule-Vieja, cuando ambas brujas aterrorizaban a los vecinos del pueblo, hace muchos años con sus cantos y quejidos

Mucha gente llegó a jurar y a rejurar haber oído (pues nadie la llego a ver) a la famosa Carreta sin Bueyes”, que según la leyenda es conducida por el mismo Diablo en persona. También más de uno manifestó haber visto a La Segua, al Mico-malo, a La Llorona, al Dueño de Monte, al Padre sin Cabeza , al más tétrico y terrible de todas estas criaturas: Al Cadejos, de quienes hablaremos más adelante por separado, así como de los Duendes y claro está, de Las Brujas del lugar.
A la mayoría de ellas yo le he compuesto mis canciones cuyas letras encontrarán al terminar estos apuntes, sin faltar con la Leyenda más auténtica y original de Escazú, que fue creada con su singular natural imaginación por don Jesús Fernández, alias “Tuto Yoyo’, un respetable y venerable anciano de nuestra comunidad, ya fallecido, como es la “Leyenda de La Tule Vieja”.
Lo anterior ligeramente contado, es algo de nuestra rica y jocosa leyenda de la cual los escazuceños, crédulos o no como el suscrito nos sentimos muy orgullosos do poseerla porque como he manifestado muchas veces son parte muy esencial de nuestro ‘folclore” y de nuestro patrimonio histórico-cultural.
Este articulo incluye extractos obtenidos de los libros de historia de Escazú escritos por don Alvar Macis Guerrero
Articulo de:  http://www.escazu.or.cr

Ritual de limpieza por medio del huevo


Este ritual es altamente extendido en latinoamérica y frecuentemente es utilizado para anular y/o contrarrestar daños y brujerías que pretenden hacer daño; igualmente es muy recomendado a la hora de sufrir desbalances bioenergéticos. Le he agregado unas pequeñas adaptaciones para ser usado de forma ritual en los cultos de la brujería moderna. 


¿Cuáles con los síntomas que sienten al tener "daño"?

Decaimiento del ánimo, falta de apetito, persistente diarrea, ojos inflamados, frente salada, fiebre alta y fuerte somnolencia. Es importante destacar que muchas veces, los síntomas varían entre una persona u otra.

Limpieza con el huevo

Este ritual es realmente bastante sencillo y uno puede hacérselo a uno mismo, o en su defecto, puede hacérnoslo un familiar. Solo en casos graves se necesita el concurso de un especialista. Solo se necesita para hacerlo un huevo y un vaso lleno hasta la mitad con agua.

Se toma el huevo y se pasa por todo el cuerpo de la persona afectada, realizando una oración según la tradición repetidas veces y haciendo énfasis en las áreas del cuerpo donde uno siente malestar. También recomiendo hacer pases en forma de pentagramas (las brujas de origen cristiano usan cruces) en riñones, omóplatos, ombligo nuca y sobre los ojos. Tómese su tiempo: una limpieza con el huevo debe durar al menos, 10 minutos.


Una vez terminado este paso, rompa el huevo y vierta su contenido en el vaso. Analice la forma y consistencia del huevo: si detecta pequeñas burbujas de aire, el daño era leve, pero si descubre que la clara o yema del huevo pareciesen estar "cocidas", piense en repetir el proceso unas 2 veces más (un vez al día siguiente y otra al día subsiguiente) Asimismo, si el huevo tiene forma de "ojo", lo que se padece es jettatura o "mal de ojo". Consulte con un especialista si ve que el huevo adopta formas extrañas o colores no frecuentes.

Para terminar el ritual de limpieza, bote el huevo y el agua del vaso.


Asegúrese siempre de dar gracias a las divinidades que lo han acompañado en esta labor.

Nota: Es importante que no trace ningún tipo de circulo protector, ya que esto evitaría poder recibir un buen diagnostico mágico de la situación.
Este ritual puede ser usado como limpieza preliminar antes de ingresar al circulo para los practicantes de cultos como la Wicca que desean agregar un toque de brujería latinoamericana. También puede ser usado como parte de una practica para la festividad de Ostara.






"No hay que creer en brujas, pero que las hay las hay"


Cuántos de nosotros no hemos escuchado contar historias sobre las brujas y los brujos de nuestros pueblos, muchas provincias de nuestro país están plasmadas de tradiciones que involucran aspectos de nuestra tradición mágica costarricense y latina con algunos toques indígenas, españoles, judíos, mexicano, europeos, afro-americanos, etc. Este blog fue creado para dar a conocer un poco de ese folklore mágico e historia, tratando de rescatar nuestra brujería tradicional costarricense y corriendo el velo que nos permite decodificar nuestra rica herencia cultural mágica