La investigación sobre la "brujería" y la
magia por mucho tiempo había tenido dos vertientes: una era formada por los
trabajos de antropólogos, folcloristas e historiadores de las religiones, los
cuales trataban de adelantar explicaciones generales. La otra vertiente
representada por la investigación histórica se mantuvo alejada de esta
discusión de hipótesis generales, dedicada más bien a estudiar eventos locales.2 Durante los
últimos decenios, sin embargo, - más o menos a partir del año 1968 - el terreno
de lo estudios brujeriles fue invadido poco a poco por los historiadores, los cuales
desde entonces procuraron relacionar sus estudios con la investigación antropológica
y tomar en consideración los resultados alcanzados por los antropólogos.3 En especial la
obra de Evans-Pritchard sobre la "brujería" entre el grupo étnico africano de los Azande4, consultada con
frecuencia por los historiadores europeos, hizo las veces de un puente entre la
antropología y la historia, dando lugar a un creciente acercamiento de ambas
disciplinas respecto a esta temática. A partir de entonces el estudio de la
"brujería" sirvió de punto de partida para discusiones muy sugestivas
sobre las relaciones entre antropología e historia y "las brujas"
llegaron a convertirse en un tema de moda.5 Respecto al est
udio de las "brujas" europeas, la invest igación interdisciplinaria
ha llevado no solamente a la formación de una idea mucho más clara del fenómeno de la caza de brujas y del rol
que ocupó a los diversos integrantes de ésta sino también nos ha señalado
nuevas pistas de investigación. Así, por ejemplo, los estudios modernos sobre
la "brujería" en adición proporcionaron datos muy interesantes sobre
la cultura popular, la vida cotidiana o las relaciones de los géneros enépocas
pasadas. Por lo tanto, pensamos que sería conveniente aprovechar estos avances
de la investigación sobre "brujas" para los estudios de las
religiones latinoamericanas los que hasta ahora han quedado un tanto marginados
de la discusión internacional sobre la temática.6
1 Agradecemos la
lectura del manuscrito a Javier Flores. Este artículo se basa en la
ponencia dada en el IV Congreso de Religión y
Etnicidad que tuvo lugar en la ciudad
de México en 1992. Nuestra participación en el
Congreso ha sido posible gracias a
una beca de la DFG (Deutsche Forschungsgemeinschaft -
Fundación Alemana para
la Investigación Científica). También queremos
agradecer a los amigos mexicanos
por la cálida acogida que nos brindaron y
especialmente al organizador y alma del
evento, Elio Masferrer Kan.
2 Sobre los
diferentes modos de ver e investigar estos fenómenos véanse
las consideraciones de Douglas (1970: xiii-xvi,
passim).
3 Behringer 1989:
619-620; Butler 1984: 111 y sgs.
4 E.E.
Evans-Pritchard "Witchcraft, Oracles, and Magic among the Azande"
(Oxford
1937).
5 Véanse los
artículos de reseña presentados por Butler (1984: 111 y sgs.) y Behringer
(1989), el cual proporciona un resumen sucinto de la
historiografía sobre brujas; así
como el capítulo introductorio al libro de Carlo
Ginzburg sobre el sabbat de las
"brujas" (1991: 12-21). Acerca del impacto
que tuvo el libro de Evans-Pritchard en
los estudios sobre magia y nociones relacionadas,
véanse Douglas (1970: xiii y sgs.),
Middleton (1987: 87) y Millones (1982: 233-234).
6 Con esto no
queremos sugerir que no se hayan efectuado trabajos sobre esta temática
en América Latina. Así, por ejemplo, ya contamos con
estudios muy sugerentes sobre
datos bibliográficos. Es de notar, sin embargo, que en
América Latina no se produjo
semejante avalancha de investigaciones sobre brujas y
materias relacionadas como la
que se desencadenó en Europa y Estados Unidos en los
últimos veinte años.
México, como los de Behar (1987) o Noemí Quezada (1989), los cuales
ofrecen
más datos bibliográficos. Es de notar, sin embargo, que en América
Latina no se produjo
semejante avalancha de investigaciones sobre brujas y materias
relacionadas como la
que se desencadenó en Europa y Estados Unidos en los
últimos veinte años.
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