Interpretaciones respecto a la "brujería" se remiten a teorías formuladas en el siglo pasado a base de la información entonces disponible. |
Además de los problemas señalados anteriormente en
cuanto a las dificultades de encontrar definiciones adecuadas para las nociones
de "brujería" y "hechicería", surge otro grupo de
interrogantes en torno a los fundamentos teóricos de estos conceptos. Es de
advertir que hasta en la actualidad muchas interpretaciones respecto a la
"brujería" se remiten a teorías formuladas en el siglo pasado a base
de la información entonces disponible. Gracias a los avances de la
investigación científica - sobre todo en el campo de la antropología - disponemos
en la actualidad de mucho más datos acerca de las religiones latinoamericanas e
indígenas en general. A esto hay que añadir que las teorías emitidas en el
siglo XIX, como es natural, se inscriben en la tradición científica de su
época y se formaban a base de las ideas que estaban vigentes en aquel entonces.
Dominaba en este tiempo una visión de la historia que
planteaba la evolución unilinear de la humanidad concibiendo como punto
culminante de aquella - como era de esperar - la cultura de los autores que
formulaban estas ideas. Así se explica el hecho que varios autores del siglo
XIX, siguiendo a Frazer, asignaron en sus esquemas evolucionistas a la
"brujería", o sea a la "magia negra" un lugar anterior a la
religión, la que a su vez – según esta lógica - era superada por la ciencia.33
En esta visión resalta con mucha claridad la fe casi
ilimitada, en cierto modo típica para el siglo XIX, en el progreso permanente de la humanidad logrado con base
en de los avances de las ciencias, sobre todo de las ciencias naturales. Nuestra época, en cambio, luce un
cierto desengaño ante las posibilidades de progreso que pueden ofrecer las ciencias y en
especial las ciencias
naturales. Esto significa que la visión del mundo que determinaba estas teorías sobre magia, religión etc.
ha cambiado profundamente. Por lo tanto, creemos que es propicio el momento para revisar los
fundamentos teóricos que
definen los conceptos de "brujería", "hechicería",
"magia" y otros parecidos.
En cuanto a la difusión, la obra de James G. Frazer
(1854 -1941) superó a la del otro teórico importante del evolucionismo, E.B. Tylor (1832-1917).
34 La mayor acogida
de las teorías de Frazer ent re los investigadores, con mucha probabilidad se
debe al hecho que Frazer suministra explicaciones manuables, fáciles de manejar
por los autores.
Esto ha dado lugar a la errónea aceptación de sus
hipótesis, incluso por investigadores modernos, como si fueran hechos
comprobados científicamente, lo que no es cierto.35
"magia homeopática" fundada en la "ley de la similitud" |
El punto clave y el más criticable de las
consideraciones teóricas de Frazer reside, sin embargo, en las premisas que
forman la base de sus ideas sobre la magia. Según Frazer36 la "magia
simpática" (sympathetic magic) tiene dos vertientes: Una es la "magia
homeopática" fundada en la "ley de la similitud",37 la que se
ejecuta por ejemplo atravesando a un sapo con espinas o elaborando figuritas de
cera, igualmente para atravesarlas con espinas o agujas, a fin de dañar a una
persona. La explicación que Frazer38 da a este procedimiento es que el maleficador comete
el error de pensar que:
"las cosas que se asemejan, son las mismas
cosas".
Magia contagiosa"que cosas que habían estado en contacto, siempre estarán en contacto". |
La otra vertiente de la magia en el esquema de Frazer
es la magia contagiosa40 que corresponde a su "ley de contacto",41 la cual se origina
en su opinión, en la idea errónea
"que cosas que habían estado en contacto, siempre
estarán en
contacto".42
Es decir que Frazer en ambos casos recurre a una
supuesta falta de lógica en los procedimientos mágicos cometida por los
especialistas de los ritos. Al adoptar las hipótesis de Frazer, los
investigadores necesariamente también aceptan las premisas que forman la base
de su esquema de pensar. Creemos que ya no deberíamos recurrir a hipótesis tan
despectiva como ésta.
Además de ello, al parecer muchos autores que hacen
referencia a las supuestas "leyes de la magia" no han tenido en
cuenta que éstas no son sino hipótesis e interpretaciones adelantadas por
Frazer y que ya por su carácter totalmente hipotético no deberían ser llamado
leyes. Es de notar, que Frazer en realidad no proporciona explicaciones
verdaderas de los fenómenos mágicos. Lo que hace es solamente adelantar un
esquema clasificatorio de los elementos exteriores de los procedimientos
mágicos, pero esto no nos lleva a comprender el sentido de los actos mágicos ni
tampoco a descubrir la ideología que está detrás de estos procedimientos. Al contrario,
las categorías de magia propuestas por Frazer más bien facilitan un pretexto
para que los investigadores se contenten con clasificar los fenómenos
observados como una u otra categoría de magia, evitando la trabajosa reflexión
sobre el significado que estos fenómenos podrían tener.
De todas maneras, pensamos que el fundamento
ideológico de los actos mágicos es mucho más complejo de lo que había
sospechado Frazer. Por lo tanto tenemos que abandonar estas hipótesis
anticuadas, las cuales hoy en día tan sólo recobran cierta importancia como
datos para la historia de la ciencia.
31 Véase por ej. la definición que Hauschild (1987:
82-85) proporciona de la "brujería",
en la que resalta sobre todo el hecho que los brujos o las brujas dañan
sus víctimas
por medio de artes mágicas. La antropología de habla inglesa distingue
entre los
conceptos "witchcraft" y "sorcery", los cuales
fueron definidos por Evans-Pritchard a
base de su material africano. Aunque estos conceptos difieren bastante
de los
europeos, fueron empleados en investigaciones sobre brujería en Europa
(Behringer
1989: 620-621). Acerca del significado de los términos
"witchcraft" y "sorcery"
consúltese por ej. Douglas (1970: 36 Nota 1) o Hill (1987: 91). Millones
(1982: 234,
238-239) sondeó tentativamente las posibilidades de aplicar los avances
de Evans-
Pritchard en estudios sobre los Andes. En toda esta discusión no hay que
olvidarse
del hecho que Evans-Pritchard se remitió para la distinción entre “witchcraft”
y
“sorcery” a un grupo étnico africano determinado. Por lo tanto, a mi
parecer es de
suma importancia revisar y analizar el material latinoamericano bien a
fondo antes
de tratar de relacionarlo con el esquema de Evans-Pritchard. Cualquier
interpretación que
se apoya de antemano en la clasificación del antropólogo inglés, corre
el riesgo de
transponer ideas válidas tan sólo en la cultura africana de los Azande a
otras culturas,
en las cuales pueden o no tener vigencia.
32 Respecto a esto
compartimos la opinión de Polia (1988: 17-18).
33 Véase también Middleton (1987: 84).
34 Middleton 1987: 83-84
35 Para referencias véase Gareis (1993: 594-597), donde
discutimos con más detenimiento la
aplicación de las teorías de Frazer en estudios
andinos.
36 1911: 52
37 "Law of similarity"
38 ib. 53
39 ib. 53: "that things which
resemble each other are the same".
40 ib. 52
41 "Law of Contact". Sobre las "leyes de
la magia" véase Frazer (1911: 52, 54).
42 ib. 53-54: "that things
which have been in contact with each other are always in
ontact".
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